domingo, 20 de febrero de 2011

"JUSTICIA SOCIAL" EN EL MUNDO ACTUAL.

JUSTICIA SOCIAL.





VIRGILIO LEVAGGI
opinion@prensa.com


Cuando la crisis financiera se ha expandido globalmente a las economías reales y se ha convertido en una crisis del empleo que afecta a millones, por primera vez en la historia se celebra el Día Mundial de la Justicia Social.

Naciones Unidas, en 2007, aprobó por unanimidad que cada 20 de febrero –a partir de este año– la comunidad internacional recuerde y renueve los esfuerzos que deben hacerse para erradicar la pobreza, conseguir el pleno empleo y promover la igualdad, entre otros objetivos.

El concepto justicia social aparece, a fines del siglo XIX, como respuesta a los excesos de la revolución industrial. No expresa la suma de bienes particulares sino la búsqueda del bien común de la sociedad. “Comprende, según Wikipedia, el tipo de objetivos colectivos que deben ser perseguidos, defendidos y sostenidos y el tipo de relaciones sociales consideradas admisibles o deseables, de tal manera que describan un estándar de justicia legítimo. (…) Comprende el conjunto de decisiones, normas y principios considerados razonables para garantizar condiciones de trabajo y de vida decentes para toda la población. (…) Algunos de los temas que interesan a la justicia social y a las políticas socio–económicas son la igualdad social, la igualdad de oportunidades, el estado del bienestar, la cuestión de la pobreza, la distribución de la renta, los derechos laborales”.

En momentos en que los excesos de cierto capitalismo especulativo afectan a millones, no es ocioso retomar la justicia social como inspiradora de estrategias de desarrollo que merezcan el calificativo de humana.

Resulta particularmente oportuno que, el año pasado, la Conferencia Internacional del Trabajo aprobara la “Declaración de la OIT sobre la Justicia Social para una Globalización Equitativa”. Justamente la OIT, que nació hace 90 años para hacer frente a los excesos del capitalismo decimonónico.

La naturaleza misma de la mencionada declaración es el trabajo decente y lo que su promoción supone para la construcción de una globalización con justicia social para todos. La declaración aprobada por unanimidad por los Estados miembros de la OIT es un aggiornamento (actualización) práctico de sus valores fundacionales a los desafíos que el siglo XXI presenta al mundo del trabajo y a sus actores. Reconoce que el empleo pleno y productivo y el trabajo decente deben ser elementos centrales de las políticas económicas y sociales.

Comprender que la construcción del desarrollo se sustenta en políticas económicas y sociales balanceadas no es una novedad; sin embargo, ello no ha sido parte del pensamiento predominante en las últimas décadas y para algunos conocedores es la explicación última de la crisis global.

Los miles de puestos de trabajo que se están perdiendo día a día en el mundo no son meras estadísticas: se trata de rostros concretos de hombres y mujeres cuyos esfuerzos productivos deben generar ingresos para el sustento propio y el de sus familias, además de contribuir con el progreso común y la cohesión de sus sociedades.

Promover la justicia social en estos tiempos de crisis puede favorecer a que la globalización no sea vivida, por las mayorías, como una amenaza. La globalización, si se gestiona con pericia sociopolítica y económica, inspirada en valores, puede ser una oportunidad para profundizar la   
por democracia y la 

centralidad de la persona humana en los esfuerzos por el desarrollo. 


Toda la justicia social descansa en estos dos axiomas: El robo es punible y el producto del robo es sagrado.
Anatole France



La justicia no espera ningún premio. Se la acepta por ella misma. Y de igual manera son todas las virtudes.
Marco Tulio Cicerón



La justicia es absolutamente nula si no se encuentra en la naturaleza.
Marco Tulio Cicerón



La libertad es una noción metafísica, de la cual no puede darse una demostración teorética, pues esto sería tanto como conocer lo absoluto; ahora bien, en el orden práctico debemos creernos libres; porque de no ser así, no se explicaría la conciencia del deber.
Kant


La libertad no es ociosidad, es un empleo libre del tiempo, es la elección del trabajo y del ejercicio; ser libre, en una palabra, no es no hacer nada: es ser el único árbitro de lo que se hace o de lo que no se hace. ¡Qué admirable bien es, desde este punto de vista la libertad!
La Bruyère

La libertad es el derecho de hacer lo que no perjudique a los demás.

Lacordair



Bien analizada, la libertad política es una fábula imaginada por los gobiernos, para adormecer a sus gobernados.

Napoleón







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