Sobre todo, Gabriel García Márquez. Las novelas de este último, Cien años de soledad (1967), El otoño del patriarca (1975) y Crónica de una muerte anunciada (1981) siguen siendo clásicos del género Realismo Mágico.

El realismo mágico comparte ciertas características con el realismo épico, como la pretensión de dar verosimilitud interna a lo fantástico e irreal, a diferencia de la actitud nihilista asumida originalmente por las vanguardias como el surrealismo.
El realismo mágico es una característica propia de la literatura latinoamericana que se inicia en 1940. En las obras que lo componen, la realidad narrativa se funde con elementos fantásticos y fabulosos. Su florecimiento se dio en los años sesenta y setenta, en pleno auge de las dictaduras políticas, a raíz de las discrepancias surgidas entre cultura de la tecnología y la de la superstición.