Descubren tres nuevos secretos de la Mona Lisa.

Leonardo da Vinci habría escondido otros símbolos en su obra maestra.

El Comité Nacional para la Valorización de los Bienes Históricos Culturales y Ambientales acaba de constatar, a través de un estudio, que el rostro de la Mona Lisa fue creado con las facciones de dos personas que habían sido, anteriormente, modelos de su creador, Leonardo da Vinci.

Se trata de Lisa Gherardini, la noble florentina cuyo marido encargó a Da Vinci que la retratara, y Gian Giacomo Caprotti, conocido como 'el Salai', un joven alumno del artista que fue su amante y con quien convivió por 25 años.

Según ratificó la investigación, la unión de los rasgos de Gherardini en la Gioconda es evidente, al comparar otras obras en las que Da Vinci se sirvió de la cara andrógina y seductora de 'el Salai', como por ejemplo Juan el Bautista o el dibujo erótico El ángel encarnado. Por otro lado, las iniciales de ambos modelos están presentes en las pupilas de la Mona Lisa.

Según explicó el historiador y director de este comité cultural italiano, Silvano Vinceti, un amante de la obra de Da Vinci, que realizó una reproducción en grandes dimensiones de la Gioconda y descubrió que había algún símbolo en sus ojos. "Se trata de un hombre apasionado con el artista, hasta el punto de llamar a sus hijos Leonardo y Gioconda. Fue sorprendente cuando me llamó para comentarme lo que había encontrado", afirmó Vinceti.

Poco después, su organización pidió a un grupo de científicos que examinara el cuadro y, al mismo tiempo, realizara una investigación geográfica y de documentación para aclarar si no se trataba de una casualidad. Y concluyeron que lo que Da Vinci dibujó en las pupilas de la Mona Lisa eran dos letras, L y S, iniciales de Lisa Gherardini y de 'el Salai'. El estudio también sacó a la luz la existencia de dos números, un 7 y un 2, en uno de los arcos del puente situado junto al hombro izquierdo de la Mona Lisa.

"Estas cifras tienen un significado importante para la tradición cabalística. Representan a Dios. Si se suman dan 9, otra cifra simbólica, propia de la manifestación de la divinidad al hombre", explicó el historiador y concluyó que todas las contraposiciones que vivía Da Vinci quedan reflejadas en la Gioconda: "Combina el conflicto entre los opuestos con su concepto de creación, que mezclaba la idea divina con la humana".

FUENTE:  EL TIEMPO