domingo, 17 de junio de 2012

EL LIBRO MÀS ANTIGUO DE BOGOTÀ.

   

La historia del primer libro impreso en Bogotá



Portada interior de 'La historia del Cristo Paciente'. Se trata de una traducción del latín al castellano del sufrimiento de Jesús en el pretorio o cuartel de Poncio Pilatos

Se llama 'El cristo paciente' y fue impreso por el español Antonio Espinosa de los Monteros en 1787.
Todo empezó en Popayán. Álvaro Garzón, un incansable investigador de la historia de las publicaciones del periodo colonial en Colombia, sabía que en esa ciudad caucana podía estar lo que había buscado durante 30 años: el primer libro impreso en Bogotá.
La única pista que tenía este sociólogo de la Universidad Nacional era que el ejemplar
se llamaba La historia del Cristo paciente.
"Después de recorrer Popayán, me enteré de que una familia tenía un ejemplar", relata Garzón, quien no dudó en comprar el título que tanto había soñado.

Después de tener el ejemplar 15 años en su biblioteca patrimonial, el investigador llegó
a un acuerdo con la Alcaldía para que El Cristo paciente hiciera parte de la colección del Archivo de Bogotá. "Es un avance muy importante para la memoria de Bogotá contar dentro de nuestra colección de ejemplares antiguos con la que es considerada la primera publicación en formato libro en Colombia", explicó Gabriel Ramírez, director del Archivo.

La historia del libro se remonta a 1787, cuando el español Don Antonio Espinosa de los Monteros lo publicó, en compañía de sus alumnos. El Cristo paciente es una obra "sobre lo que padeció Christo en el pretorio de Pilatos", se lee en la primera página.

La obra fue traducida del latín al castellano por don Josef Luis de Asula y Lozano e impresa en la famosa imprenta patriótica de Antonio Nariño, la misma en la que
imprimió La declaración de los derechos del hombre y del ciudadano.

Para José Eusebio Arias, investigador y experto en la encuadernación clásica del Reino de Nueva Granada, el texto tiene varias particularidades que lo convierten en toda una joya. "Tiene dos tomos. El primero lo hicieron los alumnos de Don Antonio Espinosa de los Monteros y el segundo sí es del propio maestro", sostiene Arias, quien después de algunos análisis a los ejemplares, encontró que fueron fabricados con pergaminos de origen caprino y ovino. Además, el investigador halló que los libros tienen los cordeles (sirven para coser las cabeceras de los libros) que usaba usalmente Espinosa en la fabricación de sus publicaciones.

Los dos tomos fueron sometidos a un riguroso proceso de conservación encabezado por la restauradora Miriam Loaiza, quien le realizó una exhaustiva limpieza al material, antes de consignarlo en el estante 'p 14' del Archivo de Bogotá. En este lugar también se encuentra el primer Directorio General de Bogotá, realizado por Jorge Pombo y Carlos Obregón en 1887.

Fabián Forero Barón
Redactor de EL TIEMPO

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